La pasión y la devoción afloran durante la primavera. Su nacimiento se establece cada año por capricho del calendario, siendo marzo y abril sus meses preferidos. ‘Nunca llueve a gusto de todos’, advierte el refranero. Y son estos antojos del destino, los que dejan imágenes dispares repartidas por la geografía española. El remedio de nuevo llega por recomendación del ilustrado: ‘a nadie le amarga un dulce’. Y las lágrimas de tristeza se calman con lo único que permanece inalterable al paso del tiempo: la gastronomía. En La Grosella aprovechamos esta festividad para acercarte los cinco platos típicos de Semana Santa.
Patatas viudas
Este guiso nacido en el campo servía para aplacar el hambre de la sociedad con menos recursos. Para cocinar este plato sencillo y económico, sólo son necesarios tres ingredientes: patata, cebolla y ajo. La ausencia de carne en su receta le otorga el calificativo de viudas. Razón que convierte a este plato en una elaboración ideal para aquellas personas que cumplen con la abstención de este alimento durante el período de Cuaresma.
Potaje de vigilia
Es un plato esencial en cualquier mesa española durante estas fechas. Aburrido en sus comienzos y vanagloriado en la actualidad. Este guiso a base de garbanzos y espinacas está presenta en la carta de cualquier restaurante. Y no es para menos porque en lo últimos años su demanda se ha incrementado. Se puede afirmar sin ninguna duda que el potaje de vigilia es uno de los platos estrella de la Semana Santa.
Sopa de ajo
La sopa de ajo, al igual que las patatas viudas, proviene la sociedad más humilde. Este plato de origen castellano se convierte en estos días en una elaboración muy recurrente. El ajo y el pan del día anterior son los ingredientes principales de una receta de aprovechamiento sana y nutritiva. El tiempo de preparación es otra de sus grandes ventajas, sólo necesita 30 minutos de cocinado.
Torrijas
En este repaso no pueden faltar las torrijas. Su origen se remonta a la época de los romanos y su tradición nada tiene que ver con esta celebración. En el siglo XVII, este dulce elaborado a base de pan se empleaba para aliviar a las parturientas y favorecer su recuperación. En la actualidad, se han convertido en el plato típico por excelencia. Los más golosos esperan a estas fechas para disfrutar de un dulce muy demandado. El sabor clásico sigue siendo el más solicitado, aunque las innovaciones también han llegado a este postre. El chocolate, el vino tinto o la miel han encontrado su público.
Pestiños
Es el otro dulce tradicional de esta festividad. Su producción se triplica durante la Semana Santa. Para encontrar el origen de este postre es necesario remontarse hasta la Andalucía del siglo XVI. Los musulmanes que ocupaban la península fueron los precursores de una receta que ha traspasado generaciones. Al igual que con las torrijas, los pestiños también han sufrido variaciones en su elaboración.
Aquí termina el repaso de los cinco platos típicos de Semana Santa. En La Grosella te emplazamos a elaborar estas recetas de la gastronomía tradicional y a que comentes con nosotros los resultados
En La Grosella | Comer de pie: una decisión inadecuada